Había escuchado a mis abuelos acerca de estos molinos pero nunca los había visto. Este está muy bien corservado y aún funciona!! La familia que lo mantiene es muy amable y explica de maravilla todo el proceso. Un verdadero encuentro con las raíces y los métodos tradicionales dignos de ser preservados.
este lugar es muy bonito e interesante por 1) muestra una forma de elaborar harina que es difícil de ver en estos tiempos 2) en el lugar se puede comprar distintos productos como harina, quinoa y frutos secos con lo que se apoya el comercio local 3) el estilo de producción es amigable con el medio ambiente 4) la zona es muy linda con harto verde 5) el señor que atiende es muy amable y explica todo 6) al final se puede tomar por un precio más que razonable malta con harina , típico de ahi. El lugar tiene un punto en contra y es que el acceso es complejo y requiere un vehículo estilo 4 x4 sobre todo en invierno
un buen lugar para visitar, lo recomiendo sobre todo si se va en familia, sobre todo a los que vamos desde talca ahora nos queda muy cerca por una nueva ruta
Fuimos a los molinos de agua, excelente paseo con los niños, muy lindo el lugar, las plantaciones y la degustación de agua y harinas... muy recomendable. se puede aprovechar de comprar maderas de una gran belleza para decoraciones.
la bajada es para 4x4... o a pie... al llegar no había nadie que atendiera... lo vimos por fuera y nos fuimos.
lindo lugar para visitar, el acceso es un tanto dificil, pero vale la pena visitarlo, lo recomiendo en un 100%
Es una maquinaria diseñada por los ingenieros muy antiguos, tal vez basados en Leonardo da Vinci, que funciona hoy en día moliendo trigo y quínoa. Hermoso.
El molino, el camino, el ambiente, la gente, todo es mágico. Llegar al molino es atravesar las barreras del tiempo y del espacio para encontrarte con el pasado, la esencia misma de la naturaleza traducida en un sistema antiquísimo para moler granos que en ese mismo sitio se transforma en una harina pura que minutos después podés comprar en la tienda del lugar. No podés dejar de probar la malta mezclada con harina de quínoa y azucar del lugar, como tampoco podés pasar por alto la chacra que lo rodea. Lugares como el Molino se vuelven a visitar, siempre rogando que la tecnología no haya arrasado con la magia.
Muy amable y simpático el señor que nos atendió, nos explicó el funcionamiento completo del molino, además estuvimos conversando bastante tiempo de sus recuerdos cuando era niño y ayudaba a su padre con el molino, es de esperar que sus hijos continúen con la preservación del molino!
This place is so interesting---include it on your itinerary, and you'll be pleased to enjoy a very pleasant outing in natural surroundings.