Para el que quiere conocer una bodega y no ir hasta Mendoza , es la opción ideal. Ideal hacer visita, con degustación de vinos y visita de los viñedos. Tienen cabañas ideal para conocer los viñedos.
Hermoso lugar! Muy interesantes la visita y las explicaciones. Muy rico el vino y, sobre todo, muy agradable la atención de los dueños. Es una bodega pequeña, con poca producción. Las visitas guiadas arrancan a las 11 de la mañana. Luego de la degustación, se puede adquirir los productos.
Recientemente estuvimos visitando la bodega y nos alojamos en las cabañas. Realizamos la visita a la bodega, degustamos y consumimos vinos de allí, ademas de adquirir algunos para souvenirs.Muy buena la atención, las cabañas son confortables, limpias, la pileta y el parque también.
Nos pareció curioso visitar esta bodega porque no creíamos que este lugar era propicio para elaboración de vino. Nos atendieron muy bien, teniendo en cuenta que, por la fecha, erámos los únicos que fuimos a la visita. Las mismas son los sábados a las once de la mañana. Si tienen una horita disponible, es interesante, Suma. De paso pueden comprar algún vinito.
Un pedazo grande de historia en Colón. Es muy interesante conocer el por qué durante tanto tiempo no pudo producirse vino en Entre Ríos a pesar que en los inicios (1870 aprox) ya se elaboraba. Antiguo salón de producción ahora adecuaco a un mini museo, restaurante y cavas. También hay alojamiento en cabañas con una hermosa pileta. Ahhh y a comprar algunas botellitas para souvenir y degustarlas rememorando la visita.El matrimonio Arive-Vulliez, una maravilla en atención.No dejen de ir. De paso a los que van a Brasil o Punta del Este dado que está a escasos kms de la cabecera del Puente Internacional Artigas donde se ingresa a Uruguay.
Bodega ubicada justo a la derecha del acceso de la ciudad de Colón. Muy buena atención por parte de sus dueños, quines explicaran en detalle la elaboración de sus vinos, todo esto dentro de un viejo edificio donde se podrán ver las botellas de vino en sus diferentes variedades. Es sorprendente como se han desarrollada las vides en este lugar. Muchos años atrás estaba prohibida la elaboración de vinos en Entre Rios, donde tenían prioridad las provincias de San Juan y Mendoza
una interesante recorrida por otro de los emprendimientos familiares ( como la de los pecanes) que nos permite conocer algunos de los secretos de una producción que uno cree circunscrita a la región cuyana.Luego de una amable visita por el viñedo y por la zona de producción se hace una degustación de las variedades de vino q producen. Si bien no soy sommelier el malbec reserva me pareció riquísimo.Luego si uno gusta se puede comprar el vino que producen.El único detalle es que desde la ruta no se ve bien donde hay que doblar ya que sólo se ve un cartelito con una flecha que dice BODEGA. Así que hay que prestar atención para no pasarse.Recomendable paseo!
Muy lindo lugar, la dueña te recibe y se encarga de la explicación muy cordial y didáctica, pero.. como fue profesora está acostumbrada a que los alumnos lleguen a tiempo, así que no llegen tarde porque se enoja!La explicación es seguida de un recorrido muy interesante por las instalaciones y esta bueno poder ver una bodega tan cerca de Buenos Aires.Venía todo bien hasta.... la degustación: tristísima, no me gustaron los vinos y no tenían para vender el tan promocionado Tannat, ni el champagne, así que nos fuimos luego de dos horas, decepcionados.Ojalá puedan mejorar este item para que la visita sea perfecta porque encima está en la entrada a Colon, es ideal para recorrer por la mañana antes de ir a almorzar.
en godegas vulliez podran disfrutar un hermoso dia con el contacto con la naturalesa alli pordran disfrutar el asado y el vino que es menu de la casa
Fuimos el sábado 4/05/13 a conocer la bodega. Encontramos un lugar hermoso, muy bien conservado y restaurado por sus propietarios, descendientes de colonos originales. Pudimos apreciar la pasión puesta en este valiente proyecto: "devolver a Entre Ríos la vitivinicultura" . La visita es muy completa y amable la atención de Juliana y Jesús que nos permiten recorrrer todas las instalaciones y relatan la historia y los procesos que se realizan. Imperdible la cava subterránea original de la bodega. La visita, muy amena, culmina con la degustación de los vinos, y aquí destaco que el dueño nos preguntó que queríamos probar y para un grupo de 10 personas abrió 4 botellas distintas para degustar, las sacó directamente de la cava, un detalle que no he visto en grandes establecimientos de Cuyo donde solo hay una o 2 botellas para probar. Los vinos degustados nos gustaron mucho y recomendamos muy especialmente no perder la oportunidad de conocer esta bodega.